miércoles, 30 de enero de 2013

3 El teorema del geranio.

A partir de hoy, de vez en cuando, empezaré a publicar lo que en su día definí como "agresiones a eso que llamaban Literatura". Como es evidente, cuando llevas un blog durante tanto tiempo, acabas adquiriendo una cierta serie de habilidades y competencias como escritor, pero eso no te cualifica necesariamente como tal, ni hace que escribas buenas historias. Pero, dejaré que juzguen ustedes.

El de hoy, concretamente, me gusta. No, de verdad. Es uno de esos relatos que confían todo su potencial (si es que tienen) en el gancho del remate final. Y no es fácil construir un monólogo y echarlo abajo con una simple frase. Pero he podido hacerlo en este pequeño, llamémoslo "casi soliloquio". El sabor de boca que pretende dejar es el de la nimiedad de las cosas de la vida, si es que eso tiene sentido. Una carcajada también estaría bien, pero francamente, no creo ser muy gracioso ni ingenioso. En fin, lean.

-

El teorema del geranio (Relato escrito el 30 de Septiembre de 2012)


En cierta ocasión, se encontraban dos geranios conversando:
-¿Sabes? A veces opino que es mejor que las cosas sigan como están –comentó uno-. Ciertamente, si la humanidad ha conseguido avanzar tanto y crear un determinado orden en esta ya antigua entropía, ha sido, primeramente, por unos pocos disidentes que no estaban contentos con el sistema y la situación en la que vivían. Ya sabes, amigo, unos revolucionarios, a los que las cadenas de la sociedad no les impidieron ver más allá y ser partícipes de una evolución.
Y es cierto, mi querido compañero, que dicha evolución, al ser humano, le ha venido de perlas. Poco a poco ha ayudado a que su rutina sea más fácil y cómoda. Hasta el punto, fíjate, de que llegará un día en el futuro, y no creo que sea una utopía, en la cual la palabra “rutina” quedará obsoleta, pues no existirá algo a lo que llamar rutina. 
Mas, ¿realmente debería alegrarme por algo así? Quiero decir, esto podría ser un arma de doble filo para ellos. En cierto modo, algunas de sus invenciones son meros antídotos o medidas para contrarrestar amenazas ajenas. Por ejemplo, hace mucho tiempo inventaron las armas. Antiguamente, utilizaban piedras, obsidiana y materiales similares para fabricar toscos filos con los que cazar o protegerse. ¿Qué necesidad crees que vino primero? ¿La de cazar a aquellas enormes bestias o la de protegerse de ellas? Y, sea cual sea tu respuesta, ¿cómo se llegó a la conclusión de que existía la otra alternativa?
Sea como sea, si la evolución humana alcanza su cénit, muchas de sus actividades también quedarán obsoletas. Toda esta maquinaria realizará el cometido que durante siglos ha venido haciendo el hombre. Y, ¿quién sabe? Quizá un día la máquina sustituya completamente al hombre. A fin de cuentas, el zeitgeist actual reside en toda la tecnología, ya sabes, telefonía móvil, cámaras de fotos, televisores… Lo cierto es que ya somos esclavos de estas máquinas.
Me parece desconcertante. A lo largo de la historia, se han librado una considerable cantidad de guerras para abolir la esclavitud de un pueblo por parte de otro más poderoso. No obstante, a pesar de que aún hay conflictos de esta índole, hemos pasado por alto este detalle. Y me parece peligroso que la situación siga tal cual.
A pesar de esto, antes he dicho que a veces es mejor dejar las cosas como están. En esta ocasión, creo que deberíamos dejar las cosas así, tal cual, pues lo más peligroso aquí, más aún que el hecho de depender de una máquina u otra persona, es un puñado de humanos intentando solucionar un problema. Porque siempre que lo han intentado, han acabado empeorando las cosas, creo que es algo inherente a ellos, no acabo de explicármelo. Es como cuando juegas una partida de póker, y tienes algo sin mucho valor, como una pareja, por ejemplo, y prefieres no apostar mucho por miedo a arriesgarte. Claro que aquí, en la vida real, tienes más que perder. Arriesgarse está bien, en dosis controladas. Pero a veces hay que plantarse, como nosotros, y perdóname por hacer un chiste tan malo.
Por eso no estoy seguro de que realmente sea bueno para la humanidad el evolucionar tanto y tan deprisa. Yo, personalmente, creo que las cosas no están tan mal tal y como están, ¿no te parece? Es cierto, hay muchas desgracias en el mundo: hambre, catástrofes naturales, guerras… Pero podía ser peor, mucho peor. Lo cual no quita que podría ser mejor… Ahora que lo pienso, no estoy tan seguro como creía… ¿Tú qué opinas, por cierto?
-Amigo mío–respondió el otro-, ni lo sé ni me importa. Sólo soy un puto geranio.

3 comentarios:

  1. no se por que no me imagine el final con el titulo, pero si que fue un gran remate de la historia.

    ResponderEliminar
  2. Bonito final.

    Sobre un mundo en el que las máquinas sustituyan a los humanos hasta para cagar lo veo difícil a menos que se encuentre una fuente de energía renovable que salga a cuenta y que pueda generar suficiente para todos.

    Tanto el petróleo como el carbón cada vez son más escasos y tarde o temprano se acabarán. Evidentemente también afectará al transporte, y con ello a tantas otras cosas. El sistema que usamos hoy en día será inviable.

    A la fuerza hay que cambiar, es inevitable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh, no, no, no se lo tome en serio, si todo el monólogo es una excusa para hacer más evidente el final. En fin. No tengo ni idea de lo que será de nosotros en un futuro, ni tampoco tengo ninguna teoría sobre ello, ni nada.

      Eliminar

 

THE SATANIC SATANIST Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates