jueves, 31 de enero de 2013

4 Mis viejos amigos.

En ningún momento he querido ejercer como voz de la experiencia, pero hoy he estado pensando en algo. Bueno, es decir, siempre estoy pensando en cualquier chorrada, pero quiero decir que... Bueno, da igual, ya me entienden.

Recuerdo que, cuando iba al colegio, todos los viernes, el grupito de amigos que tenía por aquel entonces, acudía sin falta esa misma noche al mismo restaurante, a la misma hora. A veces lo adelantábamos o retrasábamos un poco, para poder ir al cine, pero bueno, en esencia, siempre hacíamos lo mismo. Desde que me mudé, cada vez que vuelvo a mi pueblo, el autobús siempre pasa delante de aquel restaurante, pero a veces prefiero no girar la cabeza para verlo por la ventanilla: Pues hace mucho tiempo que cerró.

Y uno a uno, he ido perdiendo el contacto con los miembros de aquel grupo. Hay una excepción o dos, hay un par de amigos a los que, sí, aún veo, y siempre veré. Pero lo cierto es que, en cualquier caso, cada vez el grupo iba menguando más de todas formas. Y me acuerdo de todos ellos, y me acuerdo de la primera vez que nos juntamos para cenar, aunque no fue en ese restaurante que poco después se convertiría en nuestro cuartel general de los viernes. Éramos unos putos críos, pero nos lo sabíamos pasar bien. Ahora creo que también, no soy tan aburrido como parezco, pero hablo de otro tipo de diversión. No sé, no sabría como explicarlo.

En muy pocas ocasiones nos llegamos a juntar todos los de aquella primera vez. Éramos bastantes: José Carlos, Mota, José Antonio, Lorenzo, Julio, Javier, Miguel Ángel, Antonio y yo. Y ya he dicho que, poco a poco fuimos separándonos, pero también fueron llegando nuevos amigos, a algunos de los cuales sigo viendo. Lo mismo ocurrió cuando llegué a Lorca, y lo mismo ocurrió cuando llegué a Murcia.

Lo que intento decir es que, las personas vienen y van. Esto es así. Pero que se vayan no significa que te hayan dejado de importar. Supongo que es obvio, pero lo que importa es la impresión que te han dejado. Las experiencias.

miércoles, 30 de enero de 2013

3 El teorema del geranio.

A partir de hoy, de vez en cuando, empezaré a publicar lo que en su día definí como "agresiones a eso que llamaban Literatura". Como es evidente, cuando llevas un blog durante tanto tiempo, acabas adquiriendo una cierta serie de habilidades y competencias como escritor, pero eso no te cualifica necesariamente como tal, ni hace que escribas buenas historias. Pero, dejaré que juzguen ustedes.

El de hoy, concretamente, me gusta. No, de verdad. Es uno de esos relatos que confían todo su potencial (si es que tienen) en el gancho del remate final. Y no es fácil construir un monólogo y echarlo abajo con una simple frase. Pero he podido hacerlo en este pequeño, llamémoslo "casi soliloquio". El sabor de boca que pretende dejar es el de la nimiedad de las cosas de la vida, si es que eso tiene sentido. Una carcajada también estaría bien, pero francamente, no creo ser muy gracioso ni ingenioso. En fin, lean.

-

El teorema del geranio (Relato escrito el 30 de Septiembre de 2012)


En cierta ocasión, se encontraban dos geranios conversando:
-¿Sabes? A veces opino que es mejor que las cosas sigan como están –comentó uno-. Ciertamente, si la humanidad ha conseguido avanzar tanto y crear un determinado orden en esta ya antigua entropía, ha sido, primeramente, por unos pocos disidentes que no estaban contentos con el sistema y la situación en la que vivían. Ya sabes, amigo, unos revolucionarios, a los que las cadenas de la sociedad no les impidieron ver más allá y ser partícipes de una evolución.
Y es cierto, mi querido compañero, que dicha evolución, al ser humano, le ha venido de perlas. Poco a poco ha ayudado a que su rutina sea más fácil y cómoda. Hasta el punto, fíjate, de que llegará un día en el futuro, y no creo que sea una utopía, en la cual la palabra “rutina” quedará obsoleta, pues no existirá algo a lo que llamar rutina. 
Mas, ¿realmente debería alegrarme por algo así? Quiero decir, esto podría ser un arma de doble filo para ellos. En cierto modo, algunas de sus invenciones son meros antídotos o medidas para contrarrestar amenazas ajenas. Por ejemplo, hace mucho tiempo inventaron las armas. Antiguamente, utilizaban piedras, obsidiana y materiales similares para fabricar toscos filos con los que cazar o protegerse. ¿Qué necesidad crees que vino primero? ¿La de cazar a aquellas enormes bestias o la de protegerse de ellas? Y, sea cual sea tu respuesta, ¿cómo se llegó a la conclusión de que existía la otra alternativa?
Sea como sea, si la evolución humana alcanza su cénit, muchas de sus actividades también quedarán obsoletas. Toda esta maquinaria realizará el cometido que durante siglos ha venido haciendo el hombre. Y, ¿quién sabe? Quizá un día la máquina sustituya completamente al hombre. A fin de cuentas, el zeitgeist actual reside en toda la tecnología, ya sabes, telefonía móvil, cámaras de fotos, televisores… Lo cierto es que ya somos esclavos de estas máquinas.
Me parece desconcertante. A lo largo de la historia, se han librado una considerable cantidad de guerras para abolir la esclavitud de un pueblo por parte de otro más poderoso. No obstante, a pesar de que aún hay conflictos de esta índole, hemos pasado por alto este detalle. Y me parece peligroso que la situación siga tal cual.
A pesar de esto, antes he dicho que a veces es mejor dejar las cosas como están. En esta ocasión, creo que deberíamos dejar las cosas así, tal cual, pues lo más peligroso aquí, más aún que el hecho de depender de una máquina u otra persona, es un puñado de humanos intentando solucionar un problema. Porque siempre que lo han intentado, han acabado empeorando las cosas, creo que es algo inherente a ellos, no acabo de explicármelo. Es como cuando juegas una partida de póker, y tienes algo sin mucho valor, como una pareja, por ejemplo, y prefieres no apostar mucho por miedo a arriesgarte. Claro que aquí, en la vida real, tienes más que perder. Arriesgarse está bien, en dosis controladas. Pero a veces hay que plantarse, como nosotros, y perdóname por hacer un chiste tan malo.
Por eso no estoy seguro de que realmente sea bueno para la humanidad el evolucionar tanto y tan deprisa. Yo, personalmente, creo que las cosas no están tan mal tal y como están, ¿no te parece? Es cierto, hay muchas desgracias en el mundo: hambre, catástrofes naturales, guerras… Pero podía ser peor, mucho peor. Lo cual no quita que podría ser mejor… Ahora que lo pienso, no estoy tan seguro como creía… ¿Tú qué opinas, por cierto?
-Amigo mío–respondió el otro-, ni lo sé ni me importa. Sólo soy un puto geranio.

martes, 29 de enero de 2013

3 Momento de sinceridad Nº 2.

Sé que no es muy brillante de mi parte, y que realmente no tiene nada que ver, pero siempre he pensado que da igual quién sea la contraparte femenina que ofrezca su útero, mi descendencia será guapa e inteligente.

lunes, 28 de enero de 2013

6 La oración coordinada disyuntiva.

Oh, no se asusten, no vamos a hablar de sintaxis aquí.

La cuestión es que el otro día, estudiando para un examen de Fonética de la Universidad, me encontré con una definición que me resultó curiosa. No por la definición en sí, sino por la forma en la que estaba escrita. No la recuerdo en su integridad, pero básicamente, llegaba un punto en el que aparecía una coordinada disyuntiva que te daba a elegir entre los verbos "talk" y "speak".

Bien. Igual soy yo, que por mucha Filología que estudie igual no me entero, pero vamos, hasta donde yo sé, ambos verbos se traducen al español con el mismo verbo: "hablar". No obstante, pensé "Cuidado, Sergio. Puede que en el inglés británico tengan un ligero matiz que las diferencie". Por lo que las busqué intencionalmente en el diccionario de Cambridge. Les copio las definiciones, si me permiten:

Speak: to say words, to use the voice, or to have a conversation with someone 
Talk: to say words aloud; to speak to someone

Podrán ver, que ambas definiciones son en esencia iguales. No, de hecho, me resultaría imposible explicar la diferencia entre ambos verbos, porque, sinceramente, desde mi punto de vista, no la hay. Podría señalar el hecho de que con 'talk' pueden construirse más expresiones, y que a mí me suena más informal, pero insisto, no veo diferencia alguna. No sé vosotros.

Lo que intento decir es: ¿Cuál es el propósito de escribir una coordinada disyuntiva en la definición? Se supone que se llaman disyuntivas porque ofrecen una alternativa. ¿Qué mierda de alternativa me están dando aquí entre 'hablar' y 'hablar'?

Si no van a darme una segunda opción, no me escriban una disyuntiva. Coño ya.

domingo, 27 de enero de 2013

4 Momento de sinceridad Nº 1.

Creo que soy una persona demasiado sincera. Demasiado. Y hay veces que me sale tan de dentro, que no puedo sino reirme de lo estúpido que llega a ser a veces. No sabría cómo explicarlo.

En una ocasión, hace casi un año, tengo cierta anécdota con la persona con la que salía por aquel entonces la cual es digna de mención. Y esa misma tarde habíamos tenido sexo, por lo que estábamos tirados en la cama, sin hacer nada en concreto. Probablemente nos limitábamos a mirar el techo y a decir cualquier tontería.

Recuerdo que ella me preguntó: ¿Qué harías si yo me muriese?
Yo la miré y le respondí: Pues follarme al cadáver.

sábado, 26 de enero de 2013

2 Propósito.

¿Y cuál es el propósito?

Pues bien, realmente, no creo que haya nada que pueda clasificarse dentro de ninguna definición que ningún diccionario nos pueda ofrecer sobre la palabra "propósito".

Igual algunos me recuerdan de otro blog. He trabajado más de tres años en el proyecto de Absurdérrimo y como escritor ocasional en La Xanocueva. Hace tiempo que pienso que me resulta muy difícil seguir con mi antiguo blog, Absurdérrimo. ¿La razón? Creo que ha llegado al punto en el que no me queda nada que ofrecerle al público. Absurdérrimo empezó como un pequeño lugar donde soltar toda la tensión que un crío de 15 años podía acumular. Luego fue creciendo y añadiendo más contenido de mis intereses y aficiones, como cabía esperar. Pero, evidentemente, yo también fui creciendo. Y poco a poco, las entradas dejé de escribirlas yo y empezó a escribirlas un personaje prepotente y descarado que no era sino una parodia de mí mismo cuando empecé con el blog. Supongo que todos nos hacemos viejos.

Y cuando quieres cambiar algo de una forma tan excesivamente drástica, no te queda otra que empezar desde el principio. Que en realidad es una tontería, pero vamos. Me ha dado por ahí, qué le voy a hacer.

¿Cuál será el contenido del blog? ¿Será una versión 2.0 de Asburdérrimo? Bueno, si esa fuera la intención, me habría limitado a realizar los pertinentes cambios en el blog y ya está. Me gustaría que The Satanic Satanist fuera un blog más personal, quizá introspectivo. Está claro que no será un sitio lleno de lamentos, depresiones y vivencias como si yo fuera el puto centro del mundo. Por favor, que ya tengo una edad. No obstante, sí que quiero que tenga ese intento de sabor propio, como si fuera una delikatissen hacia mí mismo, hasta cierto punto. No esperen críticas ni análisis detallados de series o videojuegos, ni nada que hayan podido encontrar en Absurdérrimo. También, además, podré por fin publicar de forma oficial mis trabajos como intento de escritor. Relatos cortos, fragmentos de mi primer atentado contra la literatura... Ya saben, lo típico. Lo normal para un perro.

En cualquier caso, lo dicho. Mis lectores habituales se sorprenderán. Los nuevos... se sorprenderán más aún.
 

THE SATANIC SATANIST Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates